Si te han herido profundamente Nancy Leigh DeMoss tiene un mensaje de esperanza para ti.
Dios quiere regalarte su gracia para que puedas superar esa circunstancia, ese dolor. No es que haya sido una circunstancia irreal. No es que no haya sido dolorosa, pero Dios quiere liberarte de esa decepción y de ese dolor para que puedas seguir adelante con tu vida.
Hoy en día, hay muchas dolencias que, según los médicos, son producto de nuestra negativa a perdonar. Es difícil convivir con una persona amargada. Se ponen negativas, críticas, cascarrabias. Siempre es más fácil reconocer la amargura en los demás y no en nosotras mismas.
Es por eso que necesitamos personas que nos amen a nuestro alrededor. Personas que nos pregunten ¿tienes problemas con perd...onar? ¿Será que te estás amargando? No solo contrista el Espíritu de Dios y afecta a las personas de nuestro entorno, sino que la amargura terminará destruyéndote.
Es como el ácido. Corroe el envase que lo contiene. Así es de destructiva. La amargura es una respuesta errónea hacia personas y hacia circunstancias que están fuera de nuestro control, hacia las cosas que no podemos cambiar, las cosas que no podemos arreglar. En nuestra frustración, nos amargamos.
No te amargues. No levantes las manos en señal de desesperación. No te rindas. No desmayes. No te salgas de la carrera. No arremetas contra la persona o circunstancia que te ha herido. Confía en la mano y el corazón de tu Padre que ha permitido esta circunstancia en tu vida. Es por tu bien.
Es por eso que necesitamos personas que nos amen a nuestro alrededor. Personas que nos pregunten ¿tienes problemas con perd...onar? ¿Será que te estás amargando? No solo contrista el Espíritu de Dios y afecta a las personas de nuestro entorno, sino que la amargura terminará destruyéndote.
Es como el ácido. Corroe el envase que lo contiene. Así es de destructiva. La amargura es una respuesta errónea hacia personas y hacia circunstancias que están fuera de nuestro control, hacia las cosas que no podemos cambiar, las cosas que no podemos arreglar. En nuestra frustración, nos amargamos.
No te amargues. No levantes las manos en señal de desesperación. No te rindas. No desmayes. No te salgas de la carrera. No arremetas contra la persona o circunstancia que te ha herido. Confía en la mano y el corazón de tu Padre que ha permitido esta circunstancia en tu vida. Es por tu bien.
Aprende sobre el poder del perdón.
Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados; Hebreos 12:15
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