Nuestro periódico “No Greater Joy” (“No hay gozo más
grande”) es una publicación dedicada a la educación de los niños y la familia.
Y podría verse que una disertación sobre pornografía debería estar restringida
a un formato diferente. Pero hemos recibido muchas cartas de esposas
preocupadas por la complacencia pornográfica de sus esposos. Las cartas que
hemos recibido son de familias que son ejemplo para su comunidad. Las esposas
desean saber cómo pueden enseñar a sus hijos a seguir al Señor cuando sus
esposos son secretos seguidores de las reinas de la pornografía. En una gran
reunión de varios miles de hombres “cristianos”, más del 50% de los presentes
confesaron haber usado pornografía durante los últimos siete días. La mayoría
de los ministros evitan mencionar este hecho penoso. Aquellos que lo hacen, la
mayoría trata esto como una “debilidad” por la que los cristianos deberían
buscar consejería. Estoy en desacuerdo. Nosotros, también, hemos evitado tratar
el asunto debido a su sensibilidad. Algunos de uds. pueden sentirse ofendidos
por mi franqueza. Pero debe entender que la vida de muchas familias y el alma
de sus hijos están en peligro.
Yo quisiera que mis hijos y sus hijos leyeran este artículo.
Lo que sus hijos alcancen a entender de estas palabras será una guía general
para saber cuán listos están. Usted podría entonces discutir con ellos de
acuerdo a su madurez. Es su decisión. Solo evalúe el hecho de que la mayoría de
los muchachos están expuestos a alguna forma de pornografía aún a la edad de 10
años.
Ahora estoy hablándoles a ustedes padres. Si usted se aísla
en un cuarto y se entrega a la pornografía, usted no está enfermo; usted es un
malvado. Está teniendo relaciones con un computador, o con las páginas de una
publicación. De hecho está teniendo una experiencia erótica con el editor –
probablemente otro hombre. Mientras está fantaseando con la imagen producida
comercialmente, sepa que hay miles entregados al erotismo con la misma imagen.
Usted es parte de un grupo repugnante de pervertidos, todos juntos apilados
ante la misma imagen. Y en alguna parte hay un editor sexualmente desadaptado
gozando la extensión de sus poderes eróticos.
Usted no está teniendo un inmoderado comportamiento sexual,
ni está teniendo un acto sexual. Usted está solo. En el mejor de los casos
usted está copulando con usted mismo. No me diga que se está preparando o
alistando para concluir con su esposa. Esta “preparación” lo lleva vez tras vez
de vuelta, no a la conclusión. Usted es un pervertido. Un hombre de verdad es más
grande que su miembro. Un hombre de verdad es lo suficientemente grande para
decir “NO” a sus pasiones. Un hombre cuyas pasiones son estimuladas al punto de
estar completamente consumido y dominado, no es un hombre de grandes proezas.
Es un hombre que tiene un alma tan reducida que su pequeño miembro es la cosa
más fuerte que le queda. Dios nos creó con impulso sexual, pero El también nos
dio un timón y unos frenos para dirigir y controlar nuestros impulsos. Si usted
no puede controlar sus impulsos, no es debido a la fuerza del impulso, sino a
la debilidad de su alma. Usted está llegando al nivel de un gato callejero.
Adán cayó, pero usted está cayendo aún peor. Está hundiendo su alma en una
eterna destrucción, apartándose de Dios tanto como puede. Sepa que está perdido
y abandonado por su decisión. No merece simpatía ni entendimiento; merece
condenación y menosprecio. Usted no es una víctima; Usted es culpable.
Justifica su adicción escudándose en los muchos otros que han caído como usted,
pero usted está condenado por los muchos más que no han caído y por los muchos
más que estuvieron alguna vez donde usted está pero se han arrepentido y han
sido restaurados a la normalidad.
Mientras se justifica usted mismo, su propia conciencia lo
condena. Usted merodea solapadamente como un ladrón en su mentira y engaño.
Toda su vida está dedicada al dragón. Su cuerpo está siendo consumido tanto
como su alma está siendo digerida. Está teniendo comunión con el maligno
-humillándose en adoración a la carne. Es un discípulo de la maldad. Ha
escogido ser parte de un grupo que profana su propia carne. “Que adoró y sirvió
a la criatura más que al Creador, cuyo dios es su vientre y cuya gloria es su
vergüenza”. (Ro 1:25; Fil 3:19)
Muy pocos regresan del foso donde están sumergidos. Usted ha
tomado la cuesta abajo hacia el infierno y no hay absolutamente nada que lo
pueda parar excepto su voluntad para aplicar los frenos. El problema es que
está más adicto hoy que hace un año y continuará desvaneciéndose en las sombras
de su excesiva indulgencia hacia los placeres sexuales hasta que sea uno con la
maldad en la cual se satisface. Está en el camino del no retorno y cada día
deseará menos volver atrás.
La lujuria que está cultivando nunca estará satisfecha. Es
una picazón que mientras más se rasque más picazón le da. La satisfacción de la
pornografía es como la vasija de oro al final del arco iris – siempre estará
fuera de nuestro alcance. La lujuria de la pornografía va llevando al hombre
cada vez más profundo dentro de un túnel oscuro hasta que descubre que ha
perdido la vida y el amor. La pornografía destruye su habilidad para “hacer el
amor” y la remplaza con el uso y el abuso. Entonces viene un punto donde la
tentativa de una relación normal no es nada más que una masturbación asistida.
Su mundo se va empequeñeciendo hasta que queda solo con su propio semen. Usted apesta. No merece una
mujer.
No tiene nada de qué estar orgulloso. Usted no es un toro.
Es un perro. Hay millones como usted La mayoría no son tan hipócritas como
usted, algunos de ellos merodean los
bares, clubes nocturnos y tiendas pornográficas; pero tenga en cuenta que usted
se alimenta con la misma dieta. Su alma es un receptáculo de la misma
putrefacción. Usted puede unirse a ellos, compartir no solo los mismos libros y
videos, sino los mismos cuartos sucios de los moteles.
“Las aguas hurtadas son dulces, y el pan comido en oculto es
sabroso. Y no saben que allí están los muertos; Que sus convidados están en lo
profundo del infierno” Prov 9:17-18
¿Así que su esposa es frígida? No me diga que la pornografía
es un sustituto para poder tener una buena mujer. No nací ayer. Tengo 61 años.
Predico en las prisiones estatales todas las semanas y lo he venido haciendo
desde que tenía 18 años. He ministrado en cafeterías y misiones de salvación y
en las calles desde que tenía 16 años. Usted puede convencerse que está forzado
a actuar así por una mujer que no le responde, pero yo no me como ese cuento.
He sabido de adictos a la pornografía que se han casado con buenas mujeres,
pero encontraron que a ellos les gusta más estar solos que compartir. Hemos
hablado con mujeres que están deseosas y dispuestas, pero sus esposos prefieren
su propia compañía. Pornografía y una esposa no son vías alternativas para
satisfacer el mismo impulso. El impulso por una mujer es un impulso natural,
mientras que el impulso por la pornografía es una cultivada y pervertida pasión
que no tiene nada que ver con el amor y el matrimonio.
Si algún adicto a la
pornografía se casara con una de las reinas del porno, él rápidamente estaría
insatisfecho con ella y gatearía nuevamente a su pequeño hoyo, solo con su
imaginación y las imágenes creadas por una industria que hace dinero no con la
satisfacción de sus clientes, sino precisamente manteniéndolos insatisfechos y
hambrientos por lo artificial. Su mundo secreto es repugnante para el hombre de
verdad quien conoce cómo amar a una mujer y dedicar el resto de sus energías a
tener una vida productiva.
Pero la cosa más destructiva de su pecado es el efecto que
tiene en sus hijos. Vivimos en un mundo espiritual de ángeles justos y caídos.
Estamos rodeados por espíritus malignos que buscan la destrucción moral de toda
alma humana. Los hijos de padres devotos están protegidos de espíritus malignos
por estar bajo el paraguas de su moral. Pero cuando un padre entrega su mente a
deseos pecaminosos, a lujurias malignas, está quitando las barreras de
protección alrededor de su familia y está invitando a los demonios impuros a su
casa. Desear que se vayan no ayuda a nada. Cualquier oración que usted ore por
su seguridad es negada desde el mismo momento que abre las páginas de un libro
pornográfico o se entretenga con una imagen electrónica. Cuando se sintoniza
con la pornografía electrónica, ha establecido un enlace de dos vías con los
bajos fondos espirituales. Cuando descansa en la cama de noche y evoca imágenes
malas, los demonios no pararán con su mente; ellos correrán con júbilo a las
camas de sus hijos y asaltarán sus pequeñas almas y cuerpos. Los pensamientos
malignos que ha estado pensando vendrán a sus mentes telegrafiados a ellos por
los mismos demonios. Sus hijos indefensos serán tomados cautivos y no olvide
que usted fue el único que abrió las puertas al enemigo.
Si la Biblia es verdad cuando dice que aquellos que cometen
fornicación (porniah en griego, la misma raíz para la palabra pornografía) “no
heredarán el reino de los cielos” Gal 5:19-21, entonces el futuro de todos y
cada uno de los usuarios de la pornografía es el sufrimiento de la eterna
condenación. Y en Efesios 5:6, otra vez hablando de la fornicación, dice:
“Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de
Dios sobre los hijos de desobediencia”. Si usted piensa que puede permitirse el
placer de la pornografía y todavía ser cristiano, usted está ciego y en contra
de los claros estatutos de la escritura. Discípulos de Cristo leen sus Biblias,
no los libros sucios de sodomitas y lesbianas. Cada vez que usted se refugia
dentro de su mundo de lujuria, está tirándole la puerta en la cara a Dios.
Usted está colgando su alma y el alma de sus hijos sobre el fuego de la eterna
condenación.
Yo no he sido tan duro con usted como Dios lo será en el día
del juicio. Usted tiene solamente una esperanza que es arrepentirse ante Dios.
No le estoy diciendo que se arrepienta de su pecado de pornografía, porque tal
como un inconverso, usted no podrá encontrar el poder para abandonar su primer
amor. Usted debe arrepentirse ante Dios. Esto lo puede hacer mientras esté en
la esclavitud de su pecado. Arrepentirse ante Dios es preferir a Dios y su
justicia sobre todas las demás cosas. Es desear la santidad de Dios en su vida
–odiar el pecado que lo ciega. No se equivoque. El hombre que se arrepiente ante
Dios es un hombre desesperado, un hombre que anhela que la santidad de Dios
entre en su vida. El hombre que se arrepiente ante Dios experimentará noches
intranquilas y ayunos en su búsqueda por Dios. Un hombre que se arrepiente ante
Dios no encontrará placer ni paz en nada hasta que pueda descansar en Dios
solamente. No le ayudará pasar al frente y orar la oración del pecador. No será
suficiente para usted pedir oración o confesar sus pecados o ir a consejería.
Usted debe ir directamente a Dios a través del Señor Jesucristo sin más
esperanza y confianza que la misericordia y gracia de Dios.
Es terrible caer en las manos del Dios vivo, pero es una
bendición estar allí, hasta que uno sea perdonado y limpiado, y entonces
fortalecido para caminar en santidad. El dragón puede ser exterminado por
Cristo solamente. A quien Cristo libera será verdaderamente libre. He visto a
Dios salvar y liberar lesbianas, sodomitas y adictos a la pornografía tan
fácilmente como salva niños. Cristo es suficiente.
Le he hecho un servicio a usted recalcándole su culpa,
dándole a conocer cómo será el día del juicio. Su conciencia no estará
satisfecha con nada menos que su revelación y castigo. Las buenas nuevas son
que Jesucristo echó sobre El la culpa de su pecado. Dios colocó sobre El sus
iniquidades. Dios hizo a Cristo pecado en lugar suyo. El fue tratado como si
hubiera sido el adicto a la pornografía, el pecador culpable. El padeció la
muerte que usted ha debido padecer. Su pecado ha sido pagado por los
sufrimientos de Jesús. Si usted se arrepiente ante Dios, Dios olvidará su
pecado como si nunca lo hubiera cometido. El pondrá fuera su pecado y no lo
recordará más. El removerá la culpa y lo librará a usted del poder del pecado.
Tomará años para que las tentaciones se vayan. Los demonios
volverán todos los días y noches a ofrecerle la oportunidad de volver al pecado
que ha dejado, pero Dios lo sacará de las garras de la tentación. El evangelio
de Jesucristo es el poder de Dios para salvación a todo aquel que cree. El
tiene el poder para salvar a todo aquel que viene ante Dios por medio de Jesús.
El siguiente movimiento, el siguiente paso es suyo. ¿Está
listo para que antes de terminar la semana vuelva a ese lugar sucio y mezquino
o se arrepentirá ante Dios para ver su perversión aproximarse a su fin?
Escribí esto por una razón – para ver algunos hijos salvados
cuando papá se arrepienta ante Dios. Es su turno. Sus hijos, su esposa y Dios
están esperando.
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