Es muy triste que una persona en plena juventud, arruine su vida de tal manera, y de paso termine con la vida de otros seres humanos. Esto puede ocurrir en cualquier momento, pero qué triste que ocurra en el momento en que se recuerda el nacimiento de quien da la vida.
A aquel que usa la Navidad como pretexto para sumirse en el libertinaje, para ahogarse en alcohol y otros vicios, le digo: Aquel niño que nació en el pesebre de Belén, merece todo el respeto, todo el aprecio, todo el amor y todo el agradecimiento de la humanidad, porque ese pequeño niño, era Dios mismo, el que te dio la vida. ¡Valora tu vida y la de los demás!
Si quieres descargar el archivo, haz click en "DOWNLOAD"
Texto y Diseño:
Angélica García
No hay comentarios:
Publicar un comentario